Tribunal de Cuentas Europeo: 2035 no es viable debido a las baterías

El Tribunal de Cuentas Europeo pone serias dudas sobre la prohibición de los motores de combustión interna en 2035.

2035 aún está muy lejos, pero si para entonces sólo se permite la venta de vehículos eléctricos, tienen que pasar muchas cosas. Entonces, 12 años es de repente muy poco. Una cuestión espinosa, por ejemplo, son las materias primas necesarias para que todo el parque automovilístico europeo sea eléctrico. ¿Quieres vender tu coche? Visita el tasador de compramos tu coche de Crestanevada.

El Tribunal de Cuentas Europeo lo ha investigado y hoy comparte sus conclusiones. ¿Qué se desprende? En realidad hay dos escenarios, y ninguno es el que la Comisión Europea tenía en mente.

De lo que trata la investigación es de la producción de baterías. El plan de la UE es producirlas al máximo en nuestro continente y convertirse en líder mundial. Es más fácil decirlo que hacerlo, pues la competencia es feroz. Por ejemplo, de China, por citar un país. Actualmente producen el 76% de todas las baterías.

Hay varios factores que dificultan el crecimiento de la producción europea de baterías. Por ejemplo, las subvenciones de Estados Unidos. Además, Europa depende en gran medida de otros países para abastecerse de materias primas, y la extracción a gran escala de sus propias materias primas está descartada por el momento. Además, los precios de las materias primas están por las nubes.

Por ello, el Tribunal de Cuentas Europeo concluye que la UE corre el riesgo de perder la batalla de la competencia. Al hacerlo, ven dos «peores escenarios» (léase: escenarios reales). El primero es que no se alcance el objetivo de 2035 (en la medida en que pueda lograrse), porque la producción europea de baterías simplemente no puede seguir el ritmo de la demanda.

El segundo escenario es que Europa se vuelva extremadamente dependiente del suministro de materias primas de países ajenos a la UE. Esto implica a países como China y el Congo. Y esos no son los países de los que se quiere depender.

Y luego, por supuesto, hay un tercer escenario: que no lleguemos a 2035 y seamos muy dependientes de países de fuera de la Unión Europea. Tal vez siga siendo el escenario más realista.